martes, 25 de mayo de 2010

LA FERIA DE SAN ISIDRO Y LOS TOREROS MEXICANOS (Segunda Parte)

Después de 3 años sin representación mexicana en la feria de San Isidro, llega el año de 1970 y con él, una pléyade de buenos toreros mexicanos, encabezados por Manolo Martínez.

Manolo se presenta en calidad de figura del toreo el 22 de Mayo, confirmando su alternativa de manos de Santiago Martín “El Viti” con Palomo Linares de testigo, cortando una oreja en el toro de su presentación de Baltasar Ibán; este sería el único trofeo que conseguiría el diestro regiomontano en la plaza madrileña, y es que la condición de torero mandón con la que manejaban su imagen, hizo que algunos “taurinos” de allá, le pusieran piedras en el camino para evitar que triunfara, llegando al grado que en alguna ocasión después de haber partido plaza, le mandaron a la guardia civil, para que mostrara su carnet de trabajo, ¡En el callejón y vestido de luces!. Harto de tantas chingaderas, Manolo se regresó a México para nunca más volver.

Retomando la feria, ese mismo año, el día 28 de Mayo, se presenta en las ventas, uno de los grandes referentes del toreo mexicano en España, Antonio Lomelín, quien con una actuación extraordinaria, logra cortar tres orejas, y sale por la puerta grande, la tarde de su presentación.

Para 1971, la ebullición que había provocado Toño Lomelín, logra que lo acartelen en 2 tardes, y reafirmando el triunfo del año anterior, corta las dos orejas a un toro de Alonso Moreno y sale en hombros por segunda ocasión de Las Ventas. Para su segunda actuación, le corta una oreja a un toro de la ganadería mexicana de Mimiahuapan, en una tarde donde se lidiaban, por primera vez en Madrid, toros mexicanos con un enorme éxito, ya que al cuarto de nombre “Amistoso”, se le premió con los honores de la vuelta al ruedo.

Con la afición madrileña alborotada ante lo hecho por el diestro acapulqueño, faltaba la presentación, de quien a la postre, sería el máximo triunfador mexicano en la historia de los San Isidros, su nombre, Francisco “Curro” Rivera. Se presenta corando una oreja a un toro de Samuel Flores, el día 18 de Mayo, y una semana después, alternando ni más ni menos, con Antonio Ordóñez y Paco Camino, repite triunfo, cortando otra oreja, y esto deja al diestro potosino, muy bien posicionado para ediciones posteriores de la feria isidril. También este año, se presenta otro grande de la baraja taurina mexicana, Eloy Cavazos, quien con su personal y pinturero estilo, sale a rifársela, le corta dos orejas a un toro de José Luis Osborne, y abre también la puerta grande.

Y llegó el año de 1972, Curro Rivera después de haberse ido sin trofeos el 19 de Mayo, reaparece la tarde del día 22, fecha en que se suscita, un hecho sin precedentes en la historia de la feria, hecho plagado de polémica, y a todas luces parcial, a favor de Sebastián “Palomo” Linares, esa tarde se lidió un encierro de D. Atanasio Fernández, el cual dio un juego extraordinario, permitió el triunfo de los matadores, y dio pie a una corrida de dimensiones apoteóticas. Resulta que Palomo torea muy bien a su primer enemigo, y le corta las dos orejas tras un estocadón, sale “Currito” picado en el orgullo y cuaja un faenon que voltea la plaza de cabeza, y tras gran estocada, el público ahí presente, exige al juez las dos orejas que son concedidas ante el contento general. Palomo, quién para ese entonces era el consentido de la afición madrileña, se supera en su segundo, y hace una faena que pone en ebullición a la plaza, la cual pide como premio también las dos orejas del astado, pero el juez, quizá contagiado por la emoción de lo que acababa de hacer en el ruedo el diestro de Linares, le otorga el rabo, cosa que no sucedía hacia 36 años… la locura.

Pero ahí no paro la cosa, saltó a la arena el sexto “Atanasio”, y el hijo del maestro Fermín, encabronado por lo que acababa de ver, se pega un arrimón de órdago, y cuaja la que quizá fue su mejor faena, en su paso por el albero madrileño, mató de gran estocada y la plaza completa al unísono, exigía que le otorgaran también el rabo, cosa que no concede el juez, quien únicamente le da las 2 orejas, lo que provoca que estalle una bronca fenomenal, que afortunadamente no pasó a mayores. El juez de plaza de nombre Antonio Panguas, que había actuado de manera arbitraria, fue cesado de su cargo días después.
Continuará………..

LA FERIA DE SAN ISIDRO Y LOS TOREROS MEXICANOS (primera parte)

Desde que se instauró en Madrid la Feria de San Isidro en el año de 1947, muchos
toreros mexicanos se han presentado en el albero venteño para escribir su propia
historia entre alegrías y sin sabores, repasemos lo más destacable.

Fué hasta 1951 en que se dá la primera participación de un mexicano y éste fué
Rafael Rodríguez, quién entró en sustitución de Manolo do Santos y cortó una oreja a el toro de su presentación de la ganadería de Felipe Bartomé.

En el serial de 1952, tres mexicanos acudieron, Jesus Córdoba, Manuel Capetillo y Juan
Silveti, siendo El Capeto el segundo torero mexicano en tocar pelo al cortar una oreja
también en el toro de su doctorado, el 15 de Mayo. Dos días después se presentó
Jesus Córdoba dando una vuelta al ruedo en cada uno de sus toros perdiendo las
orejas por el mal manejo de la espada.

Pero quien estuvo extraordinario fué el torero guanajuatense Juan Silveti, quien con un toreo clásico y de arte, corta dos orejas y consigue salir a hombros por la puerta
grande, siendo el primer conacional en realizar tal hazaña.

En 1953 quien se presenta, es el traxcalteca Jorge Aguilar, "El Ranchero", quien
torea tres tardes, una de ellas alternando con Antonio Bienvenida y otro mexicano
Rafael Rodríguez en un hecho insólito que no se ha vuelto a repetir en la historia
de la feria.

Para San Isidro de 1956, se presenta el jovencito Joselito Huerta, quien toreó dos
tardes con su padrino Antonio Bienvenida y sin resultados favorables, y después
en 1957, resultó herido de gravedad por un toro de Pablo Romero. Tambien en 1957
torea tres tardes el mazalteco José Ramón Tirado, quien pasó inadvertido y de ahí
se pierde en la oscuridad, hasta desaparecer del mapa taurino.

No fué sino hasta 1962, en que se presenta otro coleta mexicano y éste fué "El
Principe del toreo" Alfredo Leal, quien fué contratado por dos corridas logrando
torear una tercera en sustitución de Andres Vazquez teniendo unas actuaciones
discretas en el único año en que pisó el ruedo madrileño.

En el serial de 1963, se presentan cuatro mexicanos, dos matadores de toros,
Capetillo quien reaparecía despues de once años y Antonio Campos "El Imposible"
quien cortó una oreja la tarde de su confirmación, mientras que Capeto se iba en
blanco en dos actuaciónes, tambien torearon dos novilleros, Oscar Realme y
Fernando de la Peña, quienes pasaron inéditos.

Después de una larga ausencia, reaparece para el San Isidro de 1964, Joselito
Huerta y lo hace con un cartel de tronío al lado de Santiago Martin "El Viti"
y Paco Camino para estoquear un encierro de Atamasio Fernandez, teniendo
una sólida actuación con su personal manera de torear, dió dos vueltas al ruedo
en su primero y cortó la oreja de su segundo. Ese mismo año se presenta como
novillero Antonio Sanchez "Porteño", quién corta dos orejas, faena que le vale una
puerta grande, siendo el primer novillero mexicano en conseguir tal hazaña.

Para el año de 1965, Huerta regresa nuevamente a San Isidro, para actuar en dos
festejos logrando cortar una oreja en su segunda presentación.

En 1966 la participación mexicana corrió a cargo del regiomontano Raul García y lo
más destacado fué que alternó con dos figurones del toreo, Paco Camino y Manuel
Benitez "El Cordobes" como testigo.

Para los seriales de 1967, 1968 y 1969, ningún coleta mexicano tuvo participación,
pero a partir de 1970 con la presencia de Antonio Lomelin, Manolo Martínez, Curro
Rivera y Eloy Cabazos, se comienza a escribir una nueva historia de la tauromaquia
mexicana en el coso venteño.

El Ñor.

¡BRAVO CEJAS, BRAVO!

Arturo Macias se presentó con el pie derecho en la feria de San Isidro de Madrid,
para confirmar la alternativa.

El diestro de Aguascalientes, Arturo Macias, "El Cejas", ha tenido una importante
presentación, en la plaza de las ventas de Madrid, en el marco de la sexta corrida
de la feria de San Isidro, la más importante en el mundo taurino. La tarde en
Madrid estaba soleada, pero con mucho frío, con rachas de viento que calaban
hasta los huesos, Arturo Macias se veía tranquilo y sereno, en la puerta de cuari-
llas de cara al compromiso más importante en su corta carrera de matador de
toros, y vistiendo un precioso terno blanco y oro como es tradición que vistan
los toricantanos en la tarde de alternativa.

Ante un lleno en la plaza, sus alternantes eras los españoles Miguel Abellan, que
fungía como padrino, y Cesar Jimenez como testigo.

El encierro a lidiar era de la ganadería La Martelilla, el cual fué manso en general
incluida la devolución del tercero de la tarde por inválido.

Salió el toro de la confirmación de nombre "Juntaollas", marcado con el número
26, y con un peso de 561 kilos y de pinta castaño bocidorado, el cual era un
toro rajado, manso que se iba suelto y no acababa por embestir, Macias le
hace un quite por gaoneras ceñidísimas que arracan los primeros aplausos
del difícil público madrileño. Después de la ceremonia de confirmación brindó la muerte
de este toro a su apoderado Antonio Corbacho, y se fué al centro del ruedo
a iniciar su faena con dos cambiados por la espalda que fueron espeluznantes,
siguió con una tanda de derechazos, bajando la mano sabrosamente para
despues intentar torear por naturales que no fueron afortunados debido a las
condiciones de su enemigo, en un momento dado éste se le arranca intempes
tivamente arrollándolo y haciendo por él propiciandóle un pezuñazo en la
parte alta del mentón que le produce una pequeña herida, el torero sin voltearse
a ver la ropa, va nuevamente a la cara del toro, y le logra dar otros tres
derechazos que resultan angustiosos y son muy aplaudidos, se tiró a matar
dejando una estocada completa, para recibir una gran ovación de un público
que reconoció su disposición y valor.




La corrida transcurrió entre bostezos hasta que saltó a la arena el sexto de la
tarde, y segundo del lote de Macias, de nombre "Investido", con 555 kilos de peso,
al cual saludó con tres buenas verónicas que despertaron a la parroquia, después
de picado el toro, otro precioso quite logra atraer definitivamente la atención de
los aficionados. Tras brindar al público la muerte de este toro, inició la faena de
muleta, con unos derechazos quedandose muy quieto que le fueron muy jaleados,
siguió con unos naturales extraordinarios y que olían a cloroformo dando otra
buena tanda de derechazos para finalizar su faena, con unas manoletinas que
pusieron los pelos de punta a los ahí presentes, mató al primer viaje con una
estocada desprendida para ser llamado al tercio a recibir una cariñosa ovacion.

De los alternantes poco hay que decir ante lo deslucido del ganado que les
tocó en suerte.

Una meritoria y valiente actuación del Cejas que salió a jugarse la vida, y dejó
con su apostura y predisposición un gratísimo sabor de boca.

El Ñor

SEBASTIAN CASTELLA: "PRIMERA FIGURA DEL TOREO"

Después de los rotundos triunfos obtenidos por el diestro galo en plazas mexicanas, como las de León, Aguascalientes, Juriquilla y Mérida entre otras, además de haber cuajado la mejor faena de la recién terminada Temporada Grande en la Plaza México, cuando le pregunten a usted, si es Sebastián Castella el mejor torero en este momento, simplemente esboce una sonrisa y conteste " OUI MONSIEUR".

Porque éste joven, nacido en Béziers, Francia, hace 27 años, y que cuenta ya con diez años de alternativa, ha sabido abrirse paso en el mundo taurino, a fuerza de entregarse tarde a tarde, con un valor torero a toda prueba y algo que solamente tienen los elegidos, un temple cada vez más despacioso, haciéndole fiestas a lo que salga por la puerta de toriles.

Heredero de las glorias de el último gran torero francés "Nimeño II" , al hacerse matador de toros a los 17 años, lleva consigo una gran ambición que reiteradamente comenta en entrevistas "Yo quiero llegar a ser un torero de época como Manolete o El Cordobés, y se me recuerde por siempre".

Castella, es poseedor de una muñeca privilegiada con la cual logra un toreo de mano baja, que detiene el tiempo y acrecenta el deleite de verlo torear, con el capote ejecuta unas chicuelinas en el centro del ruedo, que evocan a Joaquín Bernadó, y al mismísimo Manolo Martínez que cuando le salían bien, volteaba cualquier plaza de cabeza.


Generalmente Castella comienza sus faenas de muleta, con el pase del péndulo, tragando toro a más no poder y moviéndose menos que un poste. Indudablemente su talón de Aquiles es la espada que, pese a haber realizado faenas importantes, no termina por redondearlas debido a sus fallas con el acero.

En sus inicios era catalogado como un torero de valor temerario que le podía a los toros malos, y sin embargo con los toros buenos quedaba a deber, hasta que llegó la temporada española del 2005, la cual luego de 65 corridas toreadas y el corte de 62 orejas y un rabo, lo catapultan como la revelación de ese año para luego en el 2006 subirse al lujoso carruaje donde van montados los mejores y permanecer ahí hasta estas fechas.

Con la idea fija de que va a por todas, motivado por vestirse de torero y marcar la diferencia, jugándose la vida a morir, Sebastián Castella se encuentra en el pináculo de su carrera, toreando cada vez mejor y con un arte que convence a propios y extraños, aquellos que pensaban que en Francia solamente surgían futbolistas.

"El Ñor"

JOSE TOMAS... SE VA EL TORERO?... COMIENZA LA LEYENDA?

Mucho se ha escrito y hablado acerca del matador de toros José Tomás en estos días,
despues de la gravísima cornada que le infiriera el toro "Navegante", de la ganadería de De Santiago, en la plaza de Aguascalientes, el pasado sábado 24 de abril, en el marco de la feria San Marcos 2010.

Y es que cuando se és el número uno en cualquier profesión y principalmente en la
fiesta de los toros, se lleva de la mano a la polémica y la pasión que ésta condición provoca entre partidarios o no del torero y de la fiesta.

José Tomás es el toreo en su más puro realismo que implica valor, técnica, arte, poder e inspiración. Valor.- que lo tiene y mucho, su sangre ha regado las principales plazas del mundo y tambien las no tantas ( en Autlan de la Grana, sufrió dos paros cardíacos en la enfermería de la plaza, luego de ser cornado). Su depuradísima técnica que demuestra cada tarde que torea, y la cual es un placer apreciar y aprenderla para saber un poco más de ésta. Arte, cuando templa un toro y él se gusta a si mismo toreando y realizando verdaderas obras de arte con su increible tauromaquia.

Poder, porque con todos los conocimientos acumulados a lo largo de torear tanto,
sabe como lograr que un toro malo embista, y se entregue a su muleta poderosa
y asi lograr piezas taurinas de inigualable valor.

Inspiración, por que amalgamando todo lo anterior, José Tomás, dista mucho de
ser un torero superficial, y vuelve a los ruedos con su quehacer la verdadera emoción
del toreo, ésa que muchas veces se paga con sangre.

A el diestro de Galapagar muchos lo han llamado suicida del toreo, ignorando absolutamente las condiciones antes mencionadas, a éstos los invito a que vean la faena que hizo el maestro a su primer toro, la fatídica tarde del 24 de abril, a un toro bravo, codicioso y con mucho peligro, al cual a despecho del fuerte viento que soplaba, le ha cuajado una faena valientísima con un arte inconmensurable, y una quietud pasmosa la cual fue premiada solamente con una oreja, por un juez mezquino que al final de la corrida, y después de los acontecimientos sucedidos se ha de haber arrepentido por no otorgarle más trofeos al matador.

¿Pudo haber sido ésta la última gran faena de José Tomás?
Un torero que esta verdaderamente cosido a cornadas, muchas de ellas graves, otras
muy graves, que en el año 2002, se retiró estando en la cumbre del toreo al cual volvió años más tarde para seguir demostrando con su quehacer el drama y la belleza de un arte purísimo. Un torero que ha ganado mucho dinero, a costa de tener su cuerpo como geroglífico, alguien que arrastra multitudes y llena a tope cada plaza que se presenta, y a quien hubo aficionados que pagaron hasta 3 mil Euros, por un boleto para verlo torear una tarde en Madrid. Un hombre que tambien echa la mano y que días antes firmó un convenio, la fundación que lleva su nombre y el gobierno de
Aguascalientes, para ayudar a los jovenes del aquel estado. Por cierto, en la firma
de dicho convenio, José Tomás declaró "aqui en Aguas sufrí mi primer cornada
grave, y recibí una transfución sanguinea, desde entonces llevo sangre mexicana
en mis venas", quién le iba a decir que horas despues sufriría quiza el más serio
de los percances en su carrera y necesitaría ¡ ocho litros de sangre mexicana!
para salvarle la vida.

José Tomás ya ganó en esta profesión todo lo que se puede aspirar a ser y tener,
primera figura mundial, dinero, reconocimiento, pasión, admiración, dolor, etc..

Este incidente lo va a tener en dique seco, por lo menos 6 meses, tiempo suficiente para pensar y volver a pensar , si es necesario plantarse nuevamente en
la cara de un toro, sin tener lastimado el tallo de torero que tiene un diestro de
sus tamaños.

En Aguascalientes sufrío la primera cornada de su carrera, en Aguascalientes
puede haber sufrido la última......................¿Será?

El Ñor